La falta de hospitales o clínicas que ofrezcan medicina nuclear en varios estados de la República Mexicana ha causado un atraso en la investigación científica médica, afecta de manera significativa la economía de los ciudadanos y al sistema de salud e instituciones en general.
Lo anterior, lo dio a conocer el Dr. Enrique Estrada Lobato, Médico Nuclear y Oficial de la Organización de las Naciones Unidas como Médico Nuclear en el Organismo Internacional de Energía Atómica, quien estuvo en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) ya que participó en una reunión de 30 aniversario de egresados de esta casa de estudios.
Medicina nuclear, es una especialidad de la medicina; se usan pequeñas cantidades de material radiactivo para estudiar el funcionamiento de los órganos y diagnosticar enfermedades “se inyecta el medicamento a la persona, se coloca junto a un escáner, aparato que detecta la radiación, y así se puede estudiar el interior del cuerpo”.
El Dr. Estrada Lobato agregó que muchas enfermedades hoy son estudiadas con este método, en especial las cardiovasculares y el cáncer.
Además, comentó que la carencia de esta rama de la medicina causa que los tratamientos se retrasen o no se haga de manera adecuada; añadió que en México sólo existen 500 médicos especialistas en la rama y que a nivel mundial se hacen grandes esfuerzos para fortalecer la presencia de la misma en todo el planeta.
Explicó que en el país existen dos escenarios. En las ciudades pequeñas el desarrollo de la medicina nuclear es bajo o escaso, incluso no existe, como en Baja California Sur; mientras que en la Ciudad de México existen institutos de salud con la mejor tecnología disponible en la actualidad.
“Vamos lento en este sentido. Si nos comparamos con otros países como Brasil, que es un país líder en el desarrollo de la medicina nuclear en la región de América Latina, en México nos quedamos rezagados. Esto se debe a la situación económica del país, la tecnología es cara. Para mejorar estas condiciones la ONU trata de llevar la tecnología a todos los puntos del planeta”, dijo.
En este sentido, el médico urgió en la necesidad de permitir un crecimiento del estudio y uso de la tecnología nuclear para el tratamiento de personas e investigación de enfermedades.
A su vez, manifestó que se encuentra inmerso en varios proyectos en países en vías de desarrollo con un programa de apertura de centros de medicina de radiación, medicina nuclear, radiología y radio terapia; por ejemplo, en Haití, una nación con 11 millones de habitantes que no tiene tratamientos ni tecnología nucleares.
Orgulloso egresado de la UAG
El Dr. Enrique Estrada Lobato es egresado de la UAG, de la Facultad de Medicina, generación 1984-1988. Estudió su especialidad en Medicina Nuclear en la Ciudad de México y ha trabajado en varios hospitales e instituciones. Actualmente tiene 52 años de edad y vive en Viena, Austria.
Ha sido profesor titular de la especialidad de Medicina Nuclear de la Universidad Nacional Autónoma de México; Jefe de Medicina Nuclear en el Instituto Nacional de Cancerología; también ocupado diferentes cargos, como: Presidente de la Sociedad Mexicana de Medicina Nuclear; Presidente de la Asociación Latinoamericana de Medicina Nuclear y luego de la Federación Mundial de Medicina Nuclear, puesto que sólo 12 personas han ejercido desde su creación.
“Hoy los médicos tienen muchos retos. Entre estos una preparación mayor de parte de los mismos ante el avance tan rápido de la medicina y la tecnología; la idea romántica del médico con su maletín lleno de medicinas y visitando la casa del paciente ya no existe; es diferente, debes estar al tanto de todos los cambios que suceden en nuestro mundo”, señaló.
El doctor amplió el tema de los retos y aludió que existe un serio problema para los médicos en la actualidad y se trata de las demandas frívolas que deben enfrentar a lo largo de su carrera, bajo acusaciones de negligencia médica.
“Un buen médico debe tener trato humano de calidad, tratar con respeto y calidad humana; esto ayuda a que el estudiante tome responsabilidad de sus estudios y tener al paciente en mente, vocación de servicio, beneficiar al paciente, pensar en cómo podemos ayudar y no sólo en cobrar; esto lo aprendimos desde el primer día que llegamos a la UAG, es algo que te enseñan desde el primer día en la Autónoma y eso hace la diferencia con otras universidades”, concluyó.